Después de ocho años de demanda ciudadana, finalmente en Copenhague se ha construido un carril bici elevado de conexión entre la carretera y el puente del puerto. Los arquitectos Dissing y Weitling han aplicado en este proyecto una estrategia que normalmente se emplea para el transporte rodado. Antes, los ciclistas de Copenhague tenían que circular por viarios estrechos y llenos de peatones para poder llegar a la otra orilla del río.
La nueva infraestructura, que tiene 4 metros de ancho y 220 de largo, tiene dos beneficios principales: por un lado, supone una facilidad más a la hora de usar la bicicleta en Copenhage y, por otro, reduce la presencia de las bicicletas en el nivel de suelo. Los ciclistas pueden además cruzar este río en menos de un minuto y, al mismo tiempo, disfrutar de unas impactantes vistas.
Copenhague es un ejemplo por lo que respecta al uso de este medio de transporte. La importancia que tiene la infraestructura para bicicletas en esta ciudad hace que la ciudadanía demande su continua mejora e implementación. De este modo, los habitantes de Copenhague ha aprendido a pensar continuamente en mejoras para los carriles bici, así como a detectar las deficiencias que éstos pueden tener.
(fuente imágenes: The Guardian.com; autora: Sandra Hoj)