En el departamento de construcciónes inteligentes del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) se viene desde hace años desarrollando un trabajo muy destacable en cuanto a la aplicación de la tecnología a la construcción. Entre ellos destacamos Hydrocerámic, una experimentación en torno a un nuevo material que introduce avances o mejoras en lo relativo a la percepción térmica del espacio y al consumo energético.
«Los edificios comienzan a trabajar como organismos basados en sistemas biológicos e interactuar con el ambiente y los usuarios», explica Areti Markopoulou, directora académica del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña y jefa de un proyecto llevado a cabo con tres de sus estudiantes, Akanksha Rathee, Elena Mitrofanova y Pong Santayanon. Entre todas, han desarrollado un sistema por el que las paredes se enfrían solas, ayudando a disminuir el calor en días de altas temperaturas y contribuyendo así a reducir el gasto de aire acondicionado. Lo que han hecho es, básicamente, hacerlas sudar.
Lo han llamado hidrocerámica, y se trata de una combinación de un hidrogel con materiales de soporte, como cerámica y tela, que responde ante la humedad y el calor. «Funciona como un dispositivo de enfriamiento por evaporación que reduce la temperatura hasta 5 o 6 grados y aumenta la humedad. La inteligencia pasiva hace que su rendimiento sea proporcional al calor en el ambiente exterior: enfría más cuando hace más calor fuera», cuenta Markopoulou a Teknautas.»
«La estructura del prototipo definitivo es como la de un sándwich. Empieza una capa exterior de acilla, cuya superficie está llena de perforaciones en forma de conos que permiten el acceso del agua y el aire hacia el hidrogel. Sigue con otra capa de tela, que absrobe agua y funciona como un transmisor de líquido, y que al ser elástica permite cambios de volumen en el hidrogel a la vez que lo mantiene en su posición. La última capa también está fabricada con arcilla, pero es más fina y está perforada, de forma que aumenta el enfriamiento.»
«El prototipo final es similar a un ladrillo o azulejo, que podría ser utilizado para crear paredes o fachadas de enfriamiento pasivo. El uso de arcilla ha sido clave para optimizar el proceso de evaporación; sin duda todos conocemos el mecanismo pasivo del botijo», señala Areti. Solo habría que alimentar con agua la capa intermedia de ese ladrillo, algo que en su propuesta podría hacerse con un tanque que recoja el agua de la lluvia, por ejemplo, para que el ahorro sea mayor. El hidrogel absorbe el agua, y la retiene hasta que haga calor. Cuando sube la temperatura, el agua se evapora, reduciendo la temperatura y aumentando el nivel de humedad. De forma natural, el efecto es mayor cuanto más calor haga.»