La persiana alicantina forma parte de nuestro imaginario colectivo urbano. Estas persianas de lamas de madera han estado en múltiples ventanas y puertas de viviendas que hemos visto día a día, normalmente en edificios históricos, son una respuesta a las necesidades climáticas del clima mediterráneo.
El diseño de éstas es fruto del desarrollo depurado que otorga su permanencia en el tiempo: cada detalle está hecho para permitir o no el paso del sol, evitar la entrada de agua al interior de la vivienda y poder ser enrollada con facilidad. La tendente desaparición que ha venido sufriendo esta persiana por motivos estilísticos, ha hecho que se hayan cubierto las cualidades que ésta cubría con otros materiales menos indicados e ineficaces.
Sin embargo, en 2010 surge desde un concurso urbano en Barcelona una iniciativa que pone en valor este valioso parasol, llegando incluso a comercializarlo en este 2014:
«La idea era sencilla: substituir los desafortunados plásticos de los balcones de las calles Malnom y Picalquers del Raval, por persianas tradicionales de cuerda que, al mismo tiempo, también protegieran del agua. El confort y la ventilación de las viviendas serían recuperados, y con ellos, el aspecto de las fachadas.
De una idea sencilla para un lugar y problema concretos nace un producto que, como objetivo final, pretende solucionar un problema urbano que se extiende más allá del ámbito del Raval barcelonés.» opinan los autores.
«Además, en la era vintage, las persianas de cuerdas pueden tener cabida en los interiorismos actuales y presumir, además, de ser un producto artesanal y sostenible. Ahora bien, para convertirlas en un elemento atractivo y moderno, hacía falta repensar el producto.»
«Y con un toque muy original: la nueva paleta cromática de la Persiana Barcelona está inspirada en fachadas modernistas célebres de Barcelona.
De cara a darle visibilidad al proyecto, recientemente los arquitectos organizaron un showroom temporal en Vinçon – en pleno Passeig de Gracia, el corazón de las obras maestras que han inspirado la paleta.
Y con otra particularidad: el establecimiento está situado en la vivienda de Ramón Casas i Carbó, quien en su juventud creó cuatro obras centradas en el jardín de su entonces hogar, en el cual, por supuesto, había persianas.»
En la página web de Persiana Barcelona están ya a la venta. Una «apuesta por la artesanía y el valor del trabajo a mano, para repensar la persiana de cuerda como un producto sostenible que es, atractivo, actual y moderno.»
