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Título: DIARIO DE UNA ARQUITECTA
Escuela: UNIVERSIDAD DE ALICANTE
Tutor: ENRIQUE NIETO
Año: 2013
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¿Por qué he realizado este proyecto?
El diario de una arquitecta parte de una disidencia respecto al modelo PFC de producción de arquitecturas que analizan presentes estáticos para dar como solución final un ‘objeto arquitectónico’ delimitado.
Pretender analizar o generar un determinado contexto desde el cual actuar perdía entidad a favor de registrar mi propia intervención cotidiana sobre la realidad, siempre alentada por una corresponsabilidad política. Solo eso podía ser mi PFC.
¿Qué es?
El diario de una arquitecta funciona a modo de manual de insurrección arquitectónica.
El diario registra, opera e interviene sobre procesos y conflictos presentes que he registrado y sobre los que he intervenido a lo largo de un año en Madrid, extrayendo de ellos aciertos y errores que puedan servir para reproducirlos e implementarlos, en tanto que son siempre dinámicos, imperfectos e incompletos.
¿Cómo lo he elaborado?
Tres partes registran las tres líneas de discurso del proyecto:
1. Contrageografía: la construcción de una cartografía y un mapa pictórico de fotografías que cristalizan y describen la realidad presente de espacios de contrapoder de Madrid relacionados con la problemática habitacional.
(documento completo ‘Contrageografía’)
2. Vestiario: la domesticación a coste cero de 170 m2 de uso industrial que seis personas hemos reapropiado como espacio habitacional y de producción cultural, añadiéndolo como nodo de la contrageografía.
(documento completo ‘Vestiario’)
3. Acción directa: la defensa del derecho a la vivienda mediante acciones directas llevadas a cabo junto con diversas asambleas/colectivos geolocalizados en la contrageografía.
(documento completo ‘Acción directa’)
Una cuarta parte registra las interacciones del proyecto y está orientada a la producción de un feedback y testeo en lo real.
(documento completo ‘Diario de una arquitecta’)
1. CONTRAGEOGRAFÍA
La elaboración de una contrageografía nace de la necesidad de conectar diversos nodos locales que trabajan en dinámicas de resistencia ante la problemática habitacional. Muchos de estos nodos permanecían invisibles más allá de su contexto local y no se producía una transmisión fluida de conocimiento a pesar de tener una práctica común.
Como arquitecta que también opera dentro de esa red, tras la detección de esa problemática, mi función ha sido la de intermediación, desplegando herramientas propias para la intervención en la lectura del territorio. El objetivo no era centralizar sino potenciar estos hiperlocalismos: geolocalizarnos para posicionarnos en el mapa y visibilizar y consolidar una red distribuida.
Esta contrageografía ha sido elaborada gracias al trabajo en red de sus propios actantes, produciéndose una apropiación e implicación en el proceso de cada nodo, en un interés por localizarse y localizar al resto, volcando en un documento de texto editable en grupo en tiempo real sus datos y localización.
Posteriormente mi labor ha sido cartografiarlos, contraponiéndolos al mapa de espacios públicos normados por el Ayuntamiento, en un documento abierto y descargable. La propia generación del mapa sirve como medio para la lectura, visibilización e interpretación de interrelaciones sobre el territorio desde una narrativa crítica, lo que legitima la elaboración del mismo. El feedback generado a partir de este documento abierto verifica su utilidad en lo real.
2. VESTIARIO
La domesticación de un espacio de uso industrial (V-estiario) nace de la necesidad habitacional de seis personas que buscan transgredir el modelo establecido de vivienda. Se pretendía no solo operar como espacio doméstico sino añadir un nuevo nodo de producción cultural, social, política: a la función de vivienda se le añade la propia autogestión del espacio mediante eventos nacidos de intereses propios o compartidos con otros colectivos o comunidades.
Todos los actantes del espacio intervienen en su domesticación desde sus saberes particulares. Mi aportación no ha sido la de resolver una problemática habitacional a modo de solución dada y acabada. Ha sido la de explorar y registrar dinámicas y procesos de apropiación del espacio en un continuo testeo en lo real. La constante reconstrucción del espacio por medio de fotografías, textos y mapeos de sus elementos sirve, además de como registro, como construcción de futuros presentes, a modo de metodología de producción: como laboratorización de una forma de construir nuestra propia realidad.
Además de intermediar en carencias del espacio por medio de trueques, donaciones y compras puntuales, también era necesaria la intervención arquitectónica según el entendimiento tradicional del término. Se ha utilizado como metodología de trabajo la autoconstrucción, que permite abrir un proceso de aprendizaje colaborativo y empoderamiento. Los manuales de construcción generados sirven como cristalización del proceso. De esta manera, la información producida se convierte en un recurso para el conocimiento común. Se genera una arquitectura de código abierto donde esos manuales se comparten en redes de afinidad. El proceso es replicable pero también reapropiable y modificable.
El registro de Vestiario sirve también como testeo y herramienta para la construcción de nuevos espacios afines en una comunidad más amplia con la transmisión de nuestras propias experiencias a nuevos colectivos surgidos en Madrid que se han reapropiado e implementado este modelo habitacional.
3. ACCIÓN DIRECTA
La participación en acciones directas por la defensa del derecho a la vivienda con diferentes asambleas y colectivos tiene que ver con la operatividad real sobre el propio territorio. Con la presencia física y social sobre la base de unas estructuras de poder que están en todas partes, puesto que proceden y son producidas en todas partes. Con la participación social activa en procesos autoorganizados como parte de reapropiación de poder.
El diseño y posterior registro de estrategias cotidianas de resistencia también es un esfuerzo por dibujar, registrar, generar un conocimiento de utilidad social sobre modos de confrontación política en la ciudad para así llegar a un entendimiento común del territorio que se habita, a una realidad compartida donde se pueda actuar conjuntamente.
En la mayoría de casos, ese entendimiento compartido del territorio se ha ido traduciendo verbalmente en círculos de afinidad: cómo ocupar un edificio ayudados por un grupo de apoyo, cómo ocupar una sucursal bancaria para incitar a una negociación, cómo hacer un escrache… Estas acciones claramente pueden funcionar con o sin el mapeo gráfico de las mismas puesto que es esa transmisión verbal la que ha ido interiorizando modos de hacer sobre el territorio en comunidades afines (aunque muchas veces usando herramientas descriptivas como google maps, mapas del catastro, esbozos de la zona…)
El hecho de haber colaborado en diversas acciones ha supuesto que mi aportación a la hora de la planificación estratégica sea la de abstraer en una simbología esos conceptos asentados (tipos de espacios, flujos, tipos de acciones, roles…) para su uso en planificaciones propias o exportables. No para que sea necesariamente un arquitecto el que intervenga en su planificación, sino para facilitar una herramienta exportable de lectura del territorio, reapropiable verbalmente o sobre aplicaciones gratuitas de uso extendido como Google Maps, para su replicabilidad fuera de los círculos locales de afinidad.