El proyecto CityScope es una poderosa herramienta creada por el MediaLab del MIT (Massachusetts Institute of Technology) que utiliza la realidad aumentada para modelar los efectos de las decisiones urbanas a gran escala de una manera muy rápida y sencilla, permitiendo así que la planificación urbana sea más accesible. Se apoya en la tecnología TIM (Tangible-Interactive Mapping), un entorno de creación rápida de prototipados tangibles e interactivos a partir de matrices de datos. TIM se basa en un conjunto de piezas de LEGO con etiquetas ópticas, las cuales se colocan sobre la mesa-matriz; cada pieza recibe distintos haz de luz desde los proyectores suspendidos, siguiendo un código de colores. Se trata, por tanto, de una combinación de visión por ordenador y proyección 3D.
Descripción del MIT MediaLab: «Desarrollamos sistemas de simulación para predecir y cuantificar el impacto potencial de las intervenciones más disruptivas en la ciudad, tanto nuevas como existentes. Ponemos especial énfasis en los sistemas de soporte de decisiones basados en realidad aumentada (ARDSS por sus siglas en inglés), que facilitan la colaboración entre las partes interesadas no expertas dentro de entornos urbanos complejos. Estos sistemas mezclan hardware, software, diseño de interfaz humana, cloud computing y una serie de variantes procedentes del Big-Data. «CityScope» es una plataforma abierta para la computación interactiva y compartida.»
Esta tecnología funciona de la siguiente manera: cada pieza de LEGO dispone de un chip óptico que comunica con los proyectores suspendidos, los cuales parametrizan los datos recibidos y emiten distintos haz de luz según estos datos y, por tanto, cada decisión tomada afecta a cada nueva configuración. De esta manera, a los chips de cada pieza se les asigna una variable determinada por el usuario. Estas variables podrían ser tales como «Edificio de 150 unidades residenciales», «Parque de 2 hectáreas» o «Carretera de 4 carriles». Así, variables como transitabilidad peatonal, acceso a puestos de trabajo, densidad residencial o densidad de espacios públicos pueden ser fácilmente estimadas una vez que las piezas están montadas en la mesa y que son capaces de representar un barrio, ciudad o región existentes; así, los usuarios pueden insertar, mover o quitar componentes individuales para visualizar estos cambios en tiempo real a través de códigos de color proyectados sobre las piezas. Por ejemplo, si colocamos una pieza de «Edificio de 150 unidades residenciales» en una parcela vacía, el color de la calle frente al nuevo edificio cambiaría para indicar un aumento cuantificable de la densidad del tráfico. De este modo, cualquier persona puede configurar fácilmente la mesa de manera colaborativa, tengan o no formación especializada.
Quizás, el valor más importante de esta tecnología como herramienta de gestión y gobernanza es su capacidad de ofrecer información sobre localidades específicas: normativa y regulación de la edificación, sistemas de transporte, transitabilidad peatonal, acceso a puestos de trabajo, etc. La metodología de CityScope es idónea para modelar los efectos físicos de la zonificación y regulación, y se podría considerar como un repositorio de asuntos e intereses hiper-locales en reuniones públicas sobre planificación urbana, permitiendo a los urbanistas y planificadores comunicarse con la ciudadanía fácilmente y de una manera más clara y precisa.
En conclusión, la belleza y quizás la característica más importante de CityScope reside en la facilidad de entender su funcionamiento así como su simplicidad de uso, siendo un ejemplo perfecto de tecnología que se adapta a las acciones y necesidades de las personas, y no al revés. En otras palabras, permite que las cuestiones urbanas sean más accesibles para todo el mundo, proporcionando un nivel de transparencia (y de responsabilidad, por tanto, de los planificadores frente a la ciudadanía) mucho mayor al que, por el momento, estamos acostumbrados.