Polder Cup es un campeonato de fútbol en los pólderes. Las particularidades de este paisaje típico holandés suponen que los campos de fútbol sean cruzados por acequias o que el terreno de juego sea pantanoso, lo que obliga a adaptar las reglas e inventar nuevas estrategias de juego. De este modo, una práctica global estandarizada se reinventa a partir de su inserción en un contexto específico para adquirir un nuevo carácter local.
“La fachada del Witte de With en el centro de Rotterdam estaba cubierta con un banner de color verde hierba que mostraba imágenes de campos atravesados por canales y marcados con líneas blancas. Unidos, los terrenos formaban cuatro campos de futbol, uno grande y tres pequeños. Las líneas en tiza aparecían irregulares en comparación con las perfectas líneas rectas de los canales, los cuales dividían los campos de juego en bloques asimétricos salpicados de hoyos y salientes. El banner invitaba a los transeúntes a participar en un partido de fútbol en los pólderes, donde los poco convencionales campos de juego advertían de la necesidad de adaptar las reglas del juego a una nueva situación.
Los participantes debían afrontar cambios en las reglas del juego, así como la alteración de escenas reconocibles. Los campos de fútbol re-dividen el paisaje familiar de los pólderes parcelados, mientras que las acequias y el terreno pantanoso característicos del paisaje holandés determinan cómo se juega.
(…) Los límites de los campos de fútbol estaban señalados por líneas de tiza blanca y por banderines de córner y porterías auténticas; los balones que acababan en los canales se recogían con redes, y los tiros que se iban fuera se recuperaban utilizando canoas y remos.
(…) El juego es capaz de activar el paisaje geométrico de los pólderes con canales y terrenos, dotándolo de una nueva personalidad; en palabras de De Certeau, el evento transformó un ‘lugar’ (lieu) estable e incontrovertible en un ‘espacio’ (espace) dinámico.
(…) En Polder Cup, la alta hierba, el polen y el terreno fangoso restringían los movimientos de los jugadores. Los canales no sólo seccionaban los campos de fútbol transversalmente, sino que la presencia del agua también significaba modificar las reglas oficiales del juego. A los jugadores no les estaba permitido saltar los canales, lo cual suponía que un defensa siempre estaría separado del delantero de su propio equipo por el agua; por consiguiente, los jugadores tuvieron que debatir y revisar sus tácticas, ideando en el momento nuevas estrategias sin precedentes.”
Imágenes: Maider López
Texto: Ilse van Rijn